Éxodo Jujeño y de La Batalla de Tucumán

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El 23 de agosto de 1812 Belgrano en Jujuy, como General en Jefe del Ejército del Norte ante la inminencia del avance de un poderoso ejército español desde el norte al mando de Pío Tristán, da la orden del heroico éxodo del pueblo jujeño en dirección a Tucumán. Había que dejarles a los godos la TIERRA ARRASADA: ni casas, ni alimentos, ni animales de transporte, ni objetos de hierro, ni efectos mercantiles.

Gracias a ese esfuerzo supremo, fue posible dar batalla en condiciones ventajosas, contra un ejército monárquico hambriento y desgastado. Fruto de ello fue el triunfo en Tucumán, el 24 de septiembre de 1812, y después el de Salta, el 20 de febrero de 1813.

Las batallas de Tucumán y Salta, son las únicas de carácter campal dadas contra los españoles en el territorio argentino. Y esto les da a esos triunfos un significado singular.

La Asamblea del año XIII premió a Manuel Belgrano con 40.000 pesos por las victorias obtenidas frente a los españoles en las batallas de Salta y Tucumán. Belgrano donó el dinero para la construcción de cuatro escuelas públicas en Santiago del Estero, Tucumán, Jujuy y Tarija (que pertenece actualmente a Bolivia)

Los sucesivos gobiernos dieron otros destinos a ese dinero y las escuelas demoraron mucho en ser construidas. La escuela de Santiago del Estero se construyó en 1822, la de Tarija en 1974 y la de Tucumán en 1998. La última de las escuelas fue levantada en Jujuy, en el barrio Campo Verde, de la capital de esa provincia y fue inaugurada el 6 de julio de 2004. La visionaria idea de Belgrano acerca de la importancia de destinar fondos a la educación se hizo esperar tan sólo 191 años.

Fuente: D. B. Tregini Zerpa “El éxodo jujeño”. Manuel Belgrano. Los ideales de la patria. Buenos Aires, Instituto Nacional Belgraniano de la República Argentina, 1995, p. 57. El Historiador (F.Pigna)